EL JUANCHO
Johann W. Goethe creía en la inmortalidad e hizo su Poesía y verdad, esperando formar parte del escenario soñado en donde Shakespeare debate lo interminable con Cervantes. George Orwell creía en la vida hasta en sus rincones más oscuros y discutió hasta el final con una sociedad que convive con el lodo y la mierda sin mirarlos. Cortázar sabía que a la vuelta de la esquina se encontraba lo inesperado y el universo se extendía y se extendía. Pero hoy…
Cuando te toca es un libro de cuentos en una época incrédula. Mirándolo bien, sería de una lambisconería desconfiable comparar a su autor Ricardo García Mainou con los grandes autores de los que hablé, pero a la vez no hacerlo sería necedad y escepticismo. Hoy la vida parece un boquete estrecho por el que no pasa la savia de los hechos, tan demasiados que han hecho una burbuja de aire y ninguno logra circular. Entonces las leyendas, la magia, la aventura, el honor, la excepción, el misterio, el amor, la mirada, el sueño y la trascendencia de lo efímero son cosas que ya no se notan, que no se ven, y precisamente estos son temas que Ricardo García Mainou toca en su libro.
La editorial se llama “Ficticia” y promueve algo que se olvida: las posibilidades. Los libros, las historias, nos permiten llegar más lejos, allá donde no es sólo acá, donde se es un poco más rico. Pero evitemos la dispersión: en los cuentos de Cuando te toca, se cuenta la vida de un hombre, Manuel Mona, en su impresionante y simplona totalidad, en medio de cuyas intermitencias el autor intercala historias de amor y miedo, de deseo y repulsión: los límites de la vida. Siete cuentos conforman el libro, tres de los cuales cuentan a Mona en sus momentos mágicos y trágicos, diciéndonos desesperadamente que en la vida sólo hay unas cuantas anécdotas y luego pum, se acabó. Los otros cuatro cuentos (otros personajes, otras historias) nos llevan más lejos de este hombre ridículo, no reivindicado, abrillantado y luego abandonado en su triste rutina gris que ni vale la pena conocer. No hace falta. Pero aún así, la vida está, sigue, camina sinuosamente y golpea, para lo cual no nos queda más que asirnos de la magia y la memoria y hablar de destino.
Ricardo García Mainou, con estilo fluido y pulido, te hace reír y llorar, casi como la vida, si no fuera por esa premeditación que es escribir, diferente del sino, del golpe vital diario. Es una época incrédula, dicen que polvo somos, y por eso mismo recomiendo leer Cuando te toca, que nos dice no no no, hay arte, hay juego, hay destino, hay sorpresas, hay tesoros.
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